martes, 15 de marzo de 2011

postmodernidad una etapa de transformación

 Eduardo Cuervo Buitrago 


La postmodernidad es una etapa de tal vez transición, tal vez de declive o a lo mejor de consolidación, sin embargo por su misma naturaleza la postmodernidad puede ser tan variada como sus múltiples expresiones de creación.
Saliendo de una constante innovación que agoto sus alas y se sumergió en el estereotipo y la repetición, la postmodernidad compone una nueva etapa de creación conceptual y artística que permite a sus poblaciones el derecho del eclecticismo, donde no importa cambiar lo actual, sino la novedad en el sentido de ser diferente a los demás, en su intento de mezclar las técnicas que le parecen, las ideas que se acogen a su intención y su marca personal para presentar al mundo una perspectiva de su propio ser.
Tal vez uno de las pocas características estables de la postmodernidad es el culto por la individualidad por la transformación de la corporalidad en una representación cambiante de nuestro sentimientos, podría ser comparada la condición del ser humano como la piel del camaleón, metamórfica en su respuesta a las actitudes, pensamientos y sensaciones de cada quien.
Teniendo en cuenta esta condición camaleónica del ser humano es fácil reconocer el porqué de las múltiples comunidades que se integran y labran su propio sitio en cada cultura, no se extraña que cada vez menos se tenga una mentalidad colonial y de Carreño, dando lugar al surgimiento a corrientes feministas, y de géneros diferentes a los moralmente adecuados para la religión católica (homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, etc.)
Sin embargo para otros autores la postmodernidad es una manera de explicar y comprender la decadencia social, no es extraño entonces que algunos senadores tengan la intencionalidad de reinstaurar el manual de Carreño en hogares y escuelas (estas dos entendidas por Foucault como los centros de disciplinamiento social) para lograr una reconstrucción de la sociedad patriarcal.
En este sentido la libertad de cada comunidad, de cada tendencia, de cada individuo representa el mayor “capital” empresarial, no solo en su producción conceptual, artística, democrática (tema de gran debate y controversia) y económica, no solo para el propio individuo, sino también para el capitalismo conceptual y su noción de promoción de servicios a través de productos de accesible precio, de posible crédito, pero que mantienen la premisa de un pago por servicio y no por pertenencias; claro ejemplo de esto es la facilidad de consecución de celulares y computadores, frente a la incesante necesidad de estar comunicados a través de llamadas y de la internet.
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/convergencias.pdf

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